Dinastías XVII y XVIII de Egipto
La Dinastía XVII o Decimoséptima Dinastía del Antigui Egipto fue una dinastía de faraones egipcios que gobernó desde Tebas el Alto Egipto durante 50 años (c. 1580 - 1550 a. C.)
En Egipto siempre hubo una tendencia al colosalísimo y a lo opulento desde el Imperio Antiguo, tenemos los ejemplos de la IV Dinastía en Saqqara y Gizeh, o el complejo funerario de Amenemhat III en Hawara durante la XII Dinastía... Pero en el Imperio Nuevo, la monumentalidad se lleva a las cotas más altas. Hay, al menos, dos razones que explican este fenómeno:
- 1.- Además del aumento de riqueza como resultado de la gran expansión territorial que se produce en este periodo y el próspero comercio con todo el Mediterráneo, hay que añadir, la reorganización del gobierno de Egipto, convertido en una autocracia militar, con un fuerte aparato administrativo reformado para hacer frente a las necesidades logísticas de un estado militar. Este gran ejército disciplinado, se utilizó como mano de obra, siempre que sus servicios no fuesen necesarios en alguna campaña. Además se reforzó con prisioneros. Este contingente explotó las minas de oro halladas en el desierto oriental. La utilización del ejército garantizaba la existencia de una provisión constante y organizada, tanto de materiales como de mano de obra, sin afectar a la agricultura, verdadero motor de todo el estado faraónico.
- 2.- El segundo factor, fue la explotación de las canteras de Gebel es-Silsileh. Su proximidad a Tebas, permitió levantar enormes edificios en relativamente poco tiempo.
Los edificios de la XVIII Dinastía, que han llegado hasta nosotros, nos indican una fiel vuelta a las tradiciones pasadas. Ejemplo de esta monumentalidad incipiente, es la gran estela que Ahmosis dedica a su madre Teti-Sheri (Museo de El Cairo), que se localizó en Abydos y que copia sistemáticamente el estilo y las proporciones de las estelas de Mentuhotep. Otro ejemplo lo encontramos en los bellos relieves de la capilla de Amen-Hotep I en Karnak, que sigue el modelo de la de Sesostris III, donde se comienza a vislumbrar ya, el nuevo estilo que caracterizará a toda esta Dinastía.
La agresividad y el aspecto fiero de los relieves del Imperio Medio, se tornará, al menos durante la primera parte de la Dinastía, por un rostro de facciones suaves, de mejillas carnosas y mentón redondeado. Las cejas estarán elegantemente curvadas y todo ello marcado por unos finos labios que esbozan una ligera sonrisa. Los tocados, tanto en el hombre como en la mujer, se complican. Para el soberano, comienza a ponerse de moda el casco azul que era en cuero trabajado. Los peinados también se complican, las pelucas están más trabajadas, trenzadas con tocado hat-horico, muy adornados con joyería, siendo peluca corta para él y larga en el caso de ellas. Otra característica es, que en los relieves de las reinas, se vuelve a la postura de las manos planas sobre el muslo, en la otra mano, y esta es la novedad, lleva un cetro terminado en flor de loto, como indicándonos la importancia que ciertas esposas reales ejercieron.
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